¿Todavía sin regalos para estas navidades? No te preocupes, en ESD Magazine tenemos la carta perfecta para los Reyes Magos y, de paso, también alguna curiosidad sobre estas fiestas para que sorprendas (y mucho) a tus comensales. Vamos a ello.

Si has leído nuestro último artículo ya conocerás la historia de los árboles de navidad (y, si no lo has leído todavía, ¡corre!); hoy, en esta nueva entrega te hablaremos de otras dos tradiciones que seguro que sigues cada año, y de las que posiblemente desconocías el origen. Ah, y por supuesto, también te solucionaremos muchas dudas de cara al próximo 24 de diciembre recomendándote los regalos infalibles para hombre que cualquiera querría encontrar bajo su árbol. Palabra de Esdemarca, ¿preparados?

Vamos a comenzar hablando de una de las tradiciones más bonitas de estas fiestas que, sorprendentemente, tiene una historia no tan bonita detrás: colgar calcetines en la chimenea o la pared para que San Nicolás (quien a día de hoy conocemos como Santa Claus) deje nuestros regalos. Y es que la leyenda dice que esta costumbre proviene de hace varios siglos atrás, cuando un hombre viudo no tenía dinero para pagar la dote de sus tres hijas y, por tanto, estas no podían casarse. Un drama que se solucionó cuando, la noche de Navidad, Santa Claus sobrevoló su casa y lanzó tres sacos de oro por la chimenea, que cayeron en los calcetines que el hombre había dejado allí para que se secasen. Todo un milagro de navidad. ¿Curioso, verdad?
También curiosa la historia de Santa Claus o, como lo conocemos en España, Papá Noel. Resulta que sus orígenes están muy lejos de Laponia, de hecho, alrededor del mundo hay muchas y muy diferentes interpretaciones de San Nicolás, el origen de Santa Claus. La historia más común data del año 270, en lo que hoy es Turquía (pero en aquel entonces formaba parte de la antigua Grecia). Allí, un monje llamado Nicolás era conocido por su generosidad, siempre ayudando a los que más lo necesitaban, y se cree que de él surge la inspiración para Santa Claus como lo conocemos hoy en día. Ya en los años 20, cuando marcas como Coca-Cola se subieron al tren y empezaron a vender sus productos utilizando la imagen de Santa Claus, su popularidad subió como la espuma.

Aunque en muchos países todavía continúan manteniendo sus propias figuras tradicionales. En Finlandia, por ejemplo, quien recorre los hogares de los niños que se han portado bien durante el año es la ‘Yule Goat’, que se traduciría como ‘cabra de navidad’. Por aquellas tierras cuenta la leyenda que esta cabra se encarnó en un anciano que traía regalos llamado Joulupukki, más conocido por todos nosotros como… (sí, lo habéis adivinado) Santa Claus. Incluso en nuestro país hay diferentes figuras típicas según la comunidad autónoma en la que nos encontremos: O Apalpador en Galicia, El Tió en Cataluña u el Olentzero y Mari Domingi en el País Vasco. Sea como sea, querido Santa, ¡calienta que sales! En ESD Magazine ya tenemos nuestra wishlist más que preparada.